El autocontrol sanitario más allá del sector de alimentación

Aunque el «autocontrol sanitario» se refiere a los sistemas implementados por las empresas para garantizar la seguridad de los alimentos que producen o manejan, el término «autocontrol sanitario» también puede aplicarse más allá del sector de alimentación, aunque su interpretación puede variar según el contexto y en general, se refiere a la capacidad de las organizaciones, industrias o individuos para gestionar y controlar los riesgos relacionados con la salud en sus actividades, pudiendo estar presente en diversas áreas, como la atención médica o socio sanitaria, la fabricación de productos farmacéuticos o alojamientos, entre otras.

El autocontrol sanitario en su conjunto, implica la toma de medidas proactivas para prevenir riesgos para la salud, ya sea en el ámbito de la alimentación, la prestación de servicios médicos y socio-sanitario u otras actividades, lo que nos lleva a tener que reconocer que la implantación de un sistema de autocontrol sanitario es fundamental en una empresa de servicios socio-sanitarios por varias razones, todas centradas en garantizar la seguridad y el bienestar de los usuarios y trabajadores:

Protección de la salud de los usuarios: En los servicios socio-sanitarios, los usuarios a menudo son personas vulnerables y un sistema de autocontrol sanitario ayuda a identificar y gestionar los riesgos para la salud de los usuarios, asegurando que reciban atención segura y de calidad.

Cumplimiento normativo: Las empresas de servicios socio-sanitarios están sujetas a regulaciones y normativas estrictas, que pueden incluir requisitos específicos de higiene, protocolos de seguridad y estándares de atención.

Prevención de infecciones: La prevención de infecciones es crucial en estos entornos y contar con protocolos y un sistema de control y auto auditoría es esencial.

Mejora de la calidad de la atención: Un sistema de autocontrol ayuda a mejorar continuamente la calidad de la atención al facilitar herramientas para evaluar y mejorar las prácticas, la formación del personal y la retroalimentación constante, que contribuyen a ofrecer servicios socio-sanitarios de alta calidad.

Seguridad laboral: Además de la seguridad de los usuarios, también se mejora la seguridad y salud de los trabajadores, al poder evaluar el cumplimiento de prácticas seguras y el uso de equipos de protección adecuados, que contribuyen a un entorno laboral más seguro.

Fortalecimiento de la reputación: La implementación de un sistema de autocontrol sanitario y auditoría independiente, demuestra el compromiso de la empresa con la seguridad y la calidad. Esto ayuda a fortalecer la reputación de la empresa, generar confianza entre los usuarios y sus familias, así como cumplir con requisitos éticos y legales.

El control del cumplimiento de las normas y protocolos en grandes organizaciones, puede verse reforzado mediante un sistema de registro y auditoría que no suponga un sobre esfuerzo para los trabajadores y que aporte información de valor a los supervisores que han de velar con el cumplimiento de las normas, sin suponer un coste excesivo para la organización.

Proteger, también es adoptar medidas preventivas en el ámbito de los servicios médicos o socio-sanitarios